Historia del himno Debo decirle a Jesucristo

Algunos himnos excelentes que cantamos es el resultado de una vida completa de experiencia, sin embargo, himnos nacen espontáneamente de una sola experiencia vivida. Así nacieron muchos de los himnos escritos por el autor y compositor de himnos Elisha Hoffman.

Elisha A. Hoffman

Elisha Hoffman nació en Pensilvania, Estados Unidos, y dedicó gran parte de su vida a la predicación de la Palabra y el pastoreo de varias iglesias, mayormente en los estados de Ohio, Illinois y Michigan. Sin embargo, fue estando en Pensilvania, que ocurrió esta experiencia que nos relata el Sr. Hoffman:

Mientras era pastor en Lebanon, Pensilvania, fui llamado a casa de una creyente la cual se encontraba en gran angustia y sufrimiento. Luego de escuchar con paciencia todas las penurias por las que había pasado, aquella señora, con sus manos apretadas y lágrimas en sus ojos, decía: “¿Qué debo hacer? ¿qué debo hacer?” Le contesté: “No puedes hacer otra cosa mejor que decirle a Jesús… debes decirle a Jesús”. Por un momento ella parecía absorta en su meditación, luego su rostro se iluminó, sus ojos brillaron y con animación exclamó: “Sí, ¡debo decirlo a Jesús! ¡debo decirlo a Jesús!”

Mientras regresaba de ese hogar quebrantado a mi casa unos pensamientos vinieron delante de mí, pensamientos llenos de gozo, de un alma que ha sido pasada de la oscuridad a la luz, y las palabras que resonaban en mi mente eran: “debo decirlo a Jesús”.

Inmediatamente después de regresar a su casa, el Sr. Hoffman entró a su oficina y en pocos momentos escribió la letra y la música de este precioso himno:

Debo decirle a Jesucristo
de toda carga y tribulación.
En mis angustias puede ayudarme,
pues Él me cuida con compasión.

Puedo acercarme confiadamente
para alcanzar ayuda de Dios.
Gracia oportuna y suficiente
me ofrece hoy mi gran Salvador.

Fiel sacerdote tengo en Cristo,
comprende bien mi debilidad.
Él fue tentado, mas sin pecado;
de tentación me sabe librar.

Aunque afligido y necesitado,
Dios es mi ayuda y libertador.
En cada prueba, Él me consuela,
me brinda alivio en mi aflicción.

Fuente:
The singers and their songs, por Chas. H. Gabriel
Then sings my soul, por Robert J. Morgan
I must tell Jesus, www.hymnologyarchive.com

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