Historia del himno A solas al huerto yo voy

No son pocos los himnos que fueron basados enteramente en algún versículo o escena bíblica. Al fin y al cabo, no hay mejor canción que una que pone en verso y música la misma Palabra de Dios. Tal es el caso del himno que vamos a relatar en este artículo.

Era el mes de marzo de 1912. El músico y editor, Dr. Adam Geibel, le solicitó al ya conocido escritor Austin Miles, que compusiera un himno que fuera “de tono compasivo, trasmitiera ternura en cada línea; uno que brindara esperanza al desesperanzado, descanso al agobiado y suave almohada al moribundo”.

Austin Miles fue a su sótano, tomó su Biblia y la abrió en Juan 20, uno de sus capítulos favoritos en las Escrituras. El relato de María Magdalena en el huerto aquel domingo en la mañana no dejaba de tener efecto en el corazón de este poeta. Sin embargo, en ese momento el relato se hizo más real. Dejemos que sea el Sr. Miles quien nos lo cuente:

“Mientras lo leía aquel día, parecí introducirme en la escena. Vine a ser como un testigo silencioso de aquel dramático momento en la vida de María... En mi mente me imaginaba parado a la entrada del jardín, contemplando las suaves curvas del camino y las sombras de los árboles de olivo.

Una mujer vestida de blanco, con su cabeza agachada y su mano en su garganta como si estuviera tratando de contener los sollozos, caminaba lentamente por las sombras. Era María... luego podía ver al apóstol Juan, llegando, mirando la tumba; inmediatamente llegó el apóstol Pedro, quien entró en la tumba, seguido lentamente por Juan.

Luego que ellos se fueron, reapareció María en la escena, llorando. Pude verla volteando y mirando al Señor. Se arrodilló frente a Él, con brazos abiertos y mirando su rostro dijo: “Raboni”.

Como si despertara de un sueño y con mi Biblia en la mano, todavía tenía los músculos tensos y los nervios vibrando”.

Tan rápido como pudo tomó su pluma y papel, y escribió las palabras de este hermoso himno. Aquella noche él mismo le compuso la música.

Sin duda, que este himno ha cumplido con la petición del Sr. Geibel, ya que es un himno que ha traído consuelo y esperanza a muchos. Tal fue el caso de una familia en Estados Unidos que se reunió para el funeral de su padre, un hombre humilde que después de intentar diferentes profesiones en su vida compró una parcela para sembrar vegetales y con un hermoso jardín. Era su lugar favorito, y un atardecer cuando caminaba por aquel jardín sufrió un infarto y murió. Había dejado un legado de fe para el resto de la familia, quienes, en honor a su progenitor, entonaron su himno favorito:

1. A solas al huerto yo voy, 
cuando duerme aún la floresta; 
y en quietud y paz con Jesús estoy 
oyendo absorto allí su voz.

coro 
El conmigo está, puedo oír su voz, 
me asegura de su amor; 
tan preciosa es nuestra comunión, 
a solas con mi Señor.

2. Tan dulce es la voz del Señor, 
que las aves guardan silencio; 
y tan sólo se oye su voz de amor, 
que inmensa paz al alma da.

3. Me encanta a solas estar 
con mi Cristo allí en el huerto, 
mas me manda ir para compartir 
las buenas nuevas de su amor.

La traducción del himno fue hecha por Vicente Mendoza.

Es bueno resaltar que hay otro himno escrito por Jaime Clifford que utiliza la música de Austin Miles y también relata los eventos de un jardín, pero en este caso el jardín del Getsemaní: “Venid, oh, venid al jardín”. Ambos himnos nos trasladan desde la agonía del Getsemaní, pasando por los sufrimientos del Gólgota y culminando en la gloria de la resurrección del triunfante Salvador.

Fuente: 
101 Hymn stories, por Kenneth W. Osbeck 
Be still my soul: the inspiring stories behind 175 of the most-loved hymns, por Randy Petersen

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Comments 4

  1. Desde hace algún tiempo visito asiduamente este sitio. Me parece excelente (con el peso que esa palabra tiene), respetuoso, prolijo e inspirado. Soy un Anciano de la Iglesia Asamblea Cristiana en Santa Fe, Argentina. Muchas veces he cantado oyendo vuestros acompañamientos. La información es útil, prolija y respetuosa. Está el Señor con ustedes.
    Gabriel David.

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  2. Bendiciones hermanos.
    Soy productor musical en Mérida, Venezuela, y estoy preparando un disco con varios himnos pero adaptados a ritmos del Folklore venezolano, en especial el merengue venezolano y el vals-pasaje.
    Encontrar este sitio es de enorme bendición para mí porque desde pequeño he disfrutado acompañar y tocar los himnos. Son un tesoro, auténticas joyas.
    Particularmente no sabía de esta traducción. La voy a considerar usar porque precisamente ese himno está en el repertorio posible.
    Mil bendiciones. Sigan adelante.

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