Los heraldos celestiales

Órgano

 

1. Los heraldos celestiales
cantan con sonora voz:
¡Gloria al Rey, recién nacido,
que del cielo descendió!
Paz, misericordia plena,
franca reconciliación;
entre Dios, tan agravado,
y el mortal que le ofendió.

2. La divinidad sublime
en la carne se veló;
¡Ved a Dios morando en carne
y adorad al Hombre-Dios!
Emanuel, Dios con nosotros,
a la tierra descendió;
y hecho hombre, con nosotros
tiene ya su habitación.

3. ¡Salve! Príncipe glorioso
de la paz y del perdón;
¡Salve a Ti, que de justicia
eres el divino Sol!
Luz y vida resplandecen
a tu grata aparición;
y en tus blancas alas traes
la salud al pecador.

4. Nace manso, despojado
de su gloria y esplendor,
porque no muramos todos
En fatal condenación.
Nace, sí, para que el hombre
tenga en Él resurrección.
Nace para que renazca
a la vida el pecador.

5. ¡Ven, oh, Tú, de las naciones
el Deseado con ardor!
¡Ven, Simiente vencedora
que Moisés profetizó!
¡Ven, aplasta la cabeza
ponzoñosa del dragón!
Que el veneno del pecado
en nosotros infiltró.

 

Borra Tú la semejanza
que el primer Adán nos dio;
y a la tuya, Adán perfecto,
forma nuestro corazón.
Desde el trono do te sientas
como Hombre y como Dios,
¡Oh, Jesús, pon en nosotros
tu maravilloso amor!

 

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